PERSONAJES Y PERSONAS DE LA HISTORIA CONTEMPORÁNEA QUE HAN INFLUIDO EN ARENAS DE SAN PEDRO
JUAN PADRÓS RUBIÓ
Don Juan Padrós Rubió nació en Barcelona el 1 de Diciembre de 1869, hijo de un importante empresario textil de la capital catalana. Con dieciséis años se traslada a Madrid para regentar, junto a su hermano Carlos, el negocio familiar que su familia tenía en la capital de España, una tienda dedicada a prendas de vestir de lujo, y telas y algodones de moda de la época, situada en la calle de Alcalá junto a la calle Cedaceros, donde en 1907 llegaron a trabajar más de doscientas personas, lo que nos da una idea de la importancia del negocio. Ese mismo año Don Juan Padrós recibe una medalla honorífica en la Exposición de Industrias Madrileñas.
Fue uno de los socios fundadores del Madrid Foot Ball, conocido en sus comienzos como Nueva Sociedad de Foot Ball. Organiza y preside aquella junta constituyente, rebautizando al club bajo la denominación de Madrid Foot-Ball Club y radica su primera sede social en la trastienda de su propio establecimiento comercial de la calle Alcalá.
Don Juan Padrós Rubió fue un dirigente deportivo español, que ha pasado a la historia por ser el presidente del Real Madrid Club de Fútbol, bajo cuyo mandato se legalizó el club, en cuya fundación ya había participado dos años antes. Fue sucedido en el cargo de forma interina por Miguel Guijarro, y éste después como electo por su hermano Carlos Padrós. Juan Padrós Fue también presidente de la Federación Española de Clubs de Foot-ball.
Una vez formalizado el club, los esfuerzos de los hermanos Padrós se centraron en la puesta en marcha de un campeonato de ámbito nacional entre clubes. De hecho Carlos Padrós, aprovechando su influencia, ya que fue diputado a las Cortes en varias legislaturas por Mataró por el Partido Liberal, propuso organizar el torneo con motivo de los festejos celebrados en Madrid por la mayoría de edad de Alfonso XIII. Tras las intensas gestiones de ambos hermanos con Alberto Aguilera, alcalde de Madrid, y con otras autoridades, el Concurso Madrid es considerado el antecedente directo de la Copa del Rey, se disputó en mayo de 1902 en la capital española.
Cuando se apartó de la primera línea futbolística hacia 1915, se retiró al pueblo de la provincia de Ávila, El Hornillo, situado en el Valle del Tiétar, donde compró las fincas de La Media Legua y El Berrocal, en la primera vivió hasta su muerte, el 1 de Mayo de 1932 y su panteón se encuentra en el cementerio de Arenas de San Pedro.
Durante los años que vivió en la zona se le conocía como el Tío Barbas y su dedicación plena fue la de enseñar a practicar deportes a todos los niños y jóvenes, especialmente a los más desfavorecidos.
MARCIAL LAFUENTE ESTEFANIA
Marcial Antonio Lafuente Estefanía nació en Toledo el año 1903, estudió Ingeniero de Caminos, Puertos y Canales y trabajó en diferentes obras en España, África y América.
En América, entre los años 1928 y 1931, con veinticinco años y mucho trabajo, recorrió gran parte de los Estados Unidos. Este conocimiento de lugares y costumbres de aquel país, le sirvieron posteriormente para dar ambiente a sus novelas y dar nombres y citas rigurosas en las localizaciones.
Durante la Guerra Civil llegó a ser General de artillería del Ejército Republicano por lo que tuvo que pasar varios años en la cárcel al no querer exiliarse.
Fue en la cárcel dónde comenzó a escribir en pedazos de papel que se agenciaba dónde podía, él comenta que lo hizo hasta en el papel del retrete, no cuando estaba allí, sino porque cualquier papel era bueno para contener sus historias, cualquier papel y un lapicero eran sus mejores colaboradores.
Su comienzo como escritor fue en la cárcel de Ocaña en 1939. Sus publicaciones primeras las hizo como M.L.Estefanía hasta que alguien que se llamaba María Luisa Estefanía, le obligó a firmar como Marcial Lafuente. Usó también seudónimos como Tony Spring, Arizona, Dan Lewis o Dan Luce, para sus novelas, pero cuando escribía novelas rosas lo hacía con los nombres de María Luisa Beorlegui y Cecilia de Iraluce.
Su primera novela con el título de La mascota de la pradera, la escribió en 1943 y firmó un contrato con Editorial Bruguera. Las novelas del oeste, donde a veces había más tiros que pistolas, se hicieron muy populares por su tamaño manejable de bolsillo y por su poca extensión, pues podían leerse casi de una sentada. Hasta en Estados Unidos, la universidad de Texas las grabó para que los invidentes hispanos pudieran disfrutarlas.
Se puede decir que el mejor escritor de novelas del Oeste era español.
Se casó con María Luisa Beorlegui Carril con la que tuvo dos hijos Francisco María y Federico María, y con los dos compartió su afición literaria, llegando a escribir junto a él.
Gracias a su gran producción tuvo una vida desahogada y le permitió comprar una casa en el lugar que tanto amaba, en la falda de la Sierra de Gredos, Arenas de San Pedro, donde vivió muchos años y donde escribió una gran cantidad de sus novelas. Al parecer se le conocen un total de unos dos mil seiscientos títulos, algunos de los cuales escritos en colaboración con sus hijos, y posteriormente, incluso su nieto Federico siguió con su legado.
En Arenas de San Pedro falleció su esposa en Julio de 1975 y aunque él fallecería el 7 de Agosto de 1984 en Madrid, fue enterrado en el cementerio de la ciudad que tanto amaba y allí se puede ver el nicho donde reposan sus restos.
ROBERTO ( BOBBY ) DEGLANÉ
Roberto Deglané Portocarrero, nació en Iquique, Chile, hijo de un marino francés y una sevillana de Triana, el 18 de Noviembre de 1905.
A finales de los años 20 salió de Iquique con dirección a Estados Unidos y parece que en el barco perdió todo su dinero en una partida de póker, al llegar allí tuvo que trabajar en un hospital del Bronx fregando platos hasta poder ahorrar un poco de dinero y entrar en la Universidad de Columbia para estudiar periodismo, al tiempo que se graduaba como locutor deportivo en la academia de Floyd Gibbons. Fue en Nueva York donde conoce su verdadera pasión de comentarista deportivo.
Regresa a Chile para trabajar en el diario La Hora y Radio Minería, también lo hizo en Radio Rivadavia de Argentina y Rio de Janeiro en Brasil, antes de marchar a Europa para hacerse cargo, en Radio Barcelona, como comentarista deportivo de boxeo, lucha libre y otros, en la temporada de 1934 y posteriormente en la cadena Ser de Madrid, para ser el locutor de los combates de catch que se celebraban en el Circo Price.
Durante la guerra Civil española trabajó como reportero gráfico, demostrando tener muy buenas relaciones con el ejército franquista, ayudando a mantener el ánimo con emisiones especiales para mantener la moral de los soldados del frente del Sur, dirigido por el general Queipo de Llano.
Se casó con la joven de Arenas de San Pedro, Pilar Meneses Vadillo, que como figura en la Hoja de Inmigración de Argentina, llegó al puerto de Buenos Aires el 22 de Enero de 1944, a bordo del barco Cabo de Hornos a los 23 años de edad, acompañada de sus hijos, Roberto de seis años nacido en Madrid, e Irma de cinco, nacida en Arenas de San Pedro.
Su gran elocuencia fue muy apreciada tanto como reportero deportivo, como en programas de entretenimiento en Cabalgata fin de Semana o Carrusel Deportivo. También participó en películas de cine, Historias de la Radio y otros, además de escribir guiones.
Colaboró en la fundación de Marca y formó parte del primer equipo de redactores con Don Manuel Fernández-Cuesta como director.
En 1967 se nacionalizó como ciudadano español. Descubrió varias estrellas de la radio como José Luis Pécker, Mario Cabré, Marisol Ayuso y Joaquín Prats.
Fue muy apreciado como locutor de radio, medio que revolucionó con su voz característica y su capacidad de trabajo. Llegó a ganar una maratón de radio en Nueva York, en la Academia en la que había estudiado, llegando a hablar ante los micrófonos durante siete horas y quince minutos.
Se le concedió la medalla al Mérito en el Trabajo, además tenía la medalla de Oro del Círculo de Bellas Artes y era Comendador de la Orden de Isabel la Católica y premio Antena de Oro.
Falleció el 20 de Agosto de 1983 en Madrid, a causa de un proceso linfático irreversible que tenía. Sus restos mortales fueron trasladados a Arenas de San Pedro, de donde era su esposa, para recibir cristiana sepultura en su cementerio.
JOSEFINA CARABIAS
Doña Josefina Carabias nació en Arenas de San Pedro, Ávila, el 19 de Julio de 1908, hija de Feliciano Carabias y de Carmen Sánchez Ocaña, desde muy pequeña demostró una gran inteligencia y una gran memoria, dotes especiales para el estudio y la actividad intelectual.
Su padre, gran aficionado al mundo taurino, no prestaba ninguna atención a su educación, teniendo que ser su madre la que la apoyaba para seguir sus estudios. Al término de sus estudios primarios, en los que demostró gran brillantez, de nuevo su padre se oponía a que continuara estudiando ya que para ser una buena madre no lo necesitaba.
Con la ayuda de un primo suyo, se matriculó a escondidas de Bachillerato y cuando la descubrió ya había aprobado el primer curso con gran brillantez, por lo que no pudo negarse a lo evidente de su ilusión y valía para el estudio. Por lo tanto le permitió trasladarse a Madrid para los exámenes que los pasó con muy buenas calificaciones, se instaló en la residencia de estudiantes que dirigía María de Maeztu y se matriculó en la Facultad de Derecho. Comenzó a colaborar en la revista Estampa que dirigía Vicente Sánchez Ocaña, también primo suyo, y así fue reconocida como una de las pioneras del periodismo femenino español.
Se licenció en 1930, con veintidós años y tuvo su gran éxito como periodista, con la entrevista a Victoria Kent, jurista que estrenaba su flamante nombramiento como Directora General de Instituciones Penitenciarias, que fue muy leída y comentada en todos los círculos sociales de aquella época.
Su simpatía política hacia el socialismo republicano, le costaría caro, debido a los acontecimientos bélicos que sucedieron años después.
En abril de 1936 se casó con José Rico Godoy, pero a los pocos meses tuvieron que abandonar España para instalarse en Paris, donde se exiliaron los tres años que duró la Guerra Civil. Cuando ésta terminó, su marido regresó y fue detenido y encarcelado hasta 1943, Josefina no pudo hacerlo porque acababa de tener a su pequeña hija Carmen Rico Godoy, futura escritora y periodista. A su regreso a España le costó incorporarse al periodismo de nuevo, y gracias al diario Informaciones comenzó a escribir crónicas futbolísticas. Su rehabilitación periodística no fue hasta 1952, año en que ganó el prestigioso Premio “Luca de Tena” y a los dos años, el también importante y no menos reconocido “Mariano de Cavia”.
En 1954 pasó a ser corresponsal en Washington enviada por un consorcio de periódicos encabezados por Informaciones, allí estuvo dedicada a escribir sobre la vida en Estados Unidos hasta 1959 que se traslada a Paris como corresponsal del diario Ya. En 1957 se reintegra a España donde escribiría como columnista del periódico Ya, hasta su muerte el 20 de Septiembre de 1980.
El sepelio se llevó a cabo el 21 de Septiembre de1980. Fue incinerada y sus cenizas esparcidas en la Sierra de Gredos.
CARMEN LAFORET
Carmen Laforet nació en Barcelona el 6 de Septiembre de 1921, de padre descendiente de sevillanos, de origen francés y madre toledana de familia humilde, a los dos años se trasladó a Las Palmas de Gran Canaria por motivos laborales de su padre. Allí vivió su infancia y comenzó su juventud que recuerda feliz en el tiempo que vivió su madre, hasta sus once años, y con relativa tristeza, a partir del tiempo con su madrastra, que la relaciona con las madrastras de los cuentos para señalar su mala relación. Justo al terminar la guerra civil, el año 1939, regresa a Barcelona a casa de sus abuelos en la calle Aribau, donde había nacido y donde está situada su primera novela “Nada”. Aquí empezó a estudiar la carrera de Filosofía y Letras, pero tres años después se traslada a vivir a Madrid, donde en unos meses, con las experiencias vividas en esos años y aunque no de manera autobiográfica escribe “Nada”, la novela que ganó el premio Nadal y que la catapultaría como escritora de éxito a sus 22 años. Fue considerada la mejor novela y el libro más vendido en aquellos momentos en España. Le dieron también el Premio Fastenrath de la Real Academia de la Lengua Española en 1948 y fue muy elogiada por Juan Ramón Jiménez, Ramón J. Sender, Azorín y críticos como Melchor Fernández Almagro, José María de Cossío o Pedro Laín Entralgo. El libro revolucionó, dentro y fuera de nuestro país, el panorama literario de la posguerra española.
Se casó con el importante crítico literario Manuel Cerezales el año 1946, él fue el que después de leer “Nada” le aconsejó presentarse al premio Nadal. Tanto su matrimonio como el premio, marcaron su vida desde ese momento. Tuvieron cinco hijos, dos de ellos también escritores.
Escribió otras muchas novelas, cuentos y narraciones de viajes, pero con gran esfuerzo intentando llegar a la altura de su primera novela. Le costaba mucho la concentración y la presión que tenía para conseguir algo realmente bueno. De esa manera surgieron los deseos de recluirse en un sitio recogido y pequeño, así se refugió en un pueblo de la provincia del sur de Ávila en el valle del Tiétar, Arenas de San Pedro, pasando los veranos en una casita de la carretera de Guisando, junto al río y rodeada de árboles, con la sierra de Gredos a su espalda, donde los niños podían corretear sin molestarle para poder escribir. No solo se recluye el verano sino que cuando llega el otoño su marido y sus hijos regresan a Madrid y ella continúa dándole forma a sus personajes, ensimismada en sus escritos sin hacer caso a lo que ocurre a su alrededor, sin poder disfrutar de paseos junto al río, ni poder sentarse a la sombra de los castaños que están ahí a mano, necesita estar concentrada para poder escribir, para poder hacerlo necesita estar sola sin pensar en ninguna otra cosa.
Tiene un reto consigo misma, debe competir con la calidad de su propia escritura y eso es algo que la consume y le hace dudar hasta de su calidad como escritora, tanto que a veces piensa en dejar de hacerlo.
La Carmen Laforet de “Nada” y la que escribía en Arenas de San Pedro “La mujer nueva” ya no eran las mismas, tampoco lo era sus personajes, había una escisión, una división entre la escritora joven y la madura, pero también una total diferencia entre la universitaria que deambulaba por Barcelona en 1939 y la mujer casada.
En su primer viaje a Estados Unidos el año 1965, conoció al novelista Ramón J. Sender, con quien mantuvo una gran amistad y gran cantidad de correspondencia, donde le contaba muchas de sus inquietudes literarias y del mundo de los escritores.
En la década de los setenta se separó de su marido y comenzó una vida de búsqueda de sí misma en un viaje por Italia, donde ella realizaba el personaje de su propia novela, así se olvidó de lo que sucedía a su alrededor y reflejó su ausencia, en sus relatos.
También deambuló por los Estados Unidos y por lo que se deduce de una carta a su amigo Ricardo Lezcano, por varios estados, tanto a lo largo como a lo ancho de ellos.
Casi toda la obra de Laforet gira en torno a un mismo tema: el enfrentamiento entre el idealismo juvenil y la mediocridad del entorno.
Falleció en Madrid, el 28 de febrero del año 2004. En los últimos años de su vida padeció una enfermedad degenerativa que le afectaba a la memoria y que llegó a privarle del habla.